martes, 20 de febrero de 2018

Guayra igual que el viento


Guayra igual que el viento

Ya mucho tiempo pasó
y por fin pude bautizarte:
Guayra te nombré
como el viento de la tarde.
Ya conozco tus emociones,
tus costumbres y caprichos.
Soy el único que sabe leer en tu cara
tus enojos y sonrisas.
Aprendimos a ser amigos:
a comunicarnos y respetarnos.
Si te voy a ponerte el bozal
entendiendo agachas el hocico.
Cada vez que te monto
y trotamos por el campo
en cada centímetro de mi cuerpo
siento la conexión que tenemos.
Guayra, mi querida yegua
sabés lo mucho que te quiero.
Seguimos recorriendo el camino
siendo los dos uno en el viento.

Miguel A. Padilla

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