Quiero
agradecerte por estos diez años de compañía.
Siempre
estuviste junto a mi
y me
ayudaste a cambiar mucho.
El día que
nos conocimos,
apenas me
viste sola corriste a mis brazos
y desde ahí
no nos separamos más.
De cachorra
eras una gordita hermosa de color dorado.
De a poco te
pusiste más linda y fuerte
y los dos
aprendimos a andar juntos por la vida.
Aunque hoy
te fuiste a alguna parte del cielo
siempre
estarás en mi corazón.
Allá seguro
que vas a unirte a Yenny.
Llenaste mi
vida de magia y alegría.
Nunca te voy
a olvidar
y agradezco
a Dios el haberte conocido, amiga.
Te mando un
beso grande.
Espero
volver a verte en el cielo
y que te
sigas portando bien.
Te quiero
mucho.
Tu dueño
afortunado
No hay comentarios:
Publicar un comentario